Yo en general no pienso mucho en la muerte (o sí pero no de esa manera).
Siempre la consideré un paso más dentro de la vida, el inminente fin, pero nunca sentí telarañas en mi pensamiento ni temí morir ni tuve pesadillas muy obvias con respecto a esto.
El otro día me impactó mucho un artículo que leí en la THC que se llama Rebelión en la Granja y habla de las torturas recibidas por adictos en una de las supuestas granjitas de recuperación, métodos terapéuticos terriblemente ignorantes.
Me asusté bastante, honestamente, y de ahí en más estuve constantemente pensando en las torturas la muerte y el odio.
Ayer estuve tuve el placer de verme a los 4 años en un vhs feliz, corretando por los que antes eran pastos y ahora son casas, los terrenos alrededor de la casa de mis padres allá en el country club que sirvieron de borrador para tantos diseños de chozas, negocios y escondrijos varios que contruíamos y destruíamos con mis otras amigas reas e indias como yo y que nos destruían cruelmente y de noche los varones.
Era super feliz, super mimada, super sonriente.
Y me empecé a preguntar a mí misma cuando fue que me puse tan oscura.
Tan solitaria.
Ahí tenía 4 años.
A los 8, 9 y 10 murieron mis abuelos.
Primero fue la Abuela Negra, o mamá negra que era la mamá de mi vieja, una mujer que había sido bastante garca con sus hijos pero con nosotros era muy cariñosa.
Fue la que me enseñó que existía Dios, me enseñó lo que era rezar, y fue la primera que me llevo a pasear en colectivo. Nos tomábamos el 182 en ruta 8, nos bajábamos en Avenida de Mayo tomábamos un helado en Tucán y yo jugaba a utilisima en su living en unos banquitos amarillos que tenía con absolutamente todos los cacharros de la cocina. Me acuerdo que su cama era muy grande y me daba mucho miedo dormir. Pero me obligaba diciéndome que sino venía un hombre que tenía un apellido puntual que no recuerdo que era el q cobraba las expensas.
Arriba de su casa vivía una nena que era hija única y a veces jugabamos juntas, tenía unos papás bastante raros, algunos recuerdos prefiero no evocar. Pero me acuerdo que preparaban fideos con pesto mientras nosotras jugabamos con unos peluches enormes que tenía esta nena.
La abuela negra se enfermó de cancer de colon
le sacaron también la vesícula en una sola operación
hacia caca en una bolsa que se le ponía en la panza
ocupó mi cuarto azul, en el fondo de casa y yo dormí con mi hermana en su cuarto por unos años
todo se volvió oscuro
inyecciones intramusculares de morfina
y este es el teléfono de la ambulancia
ivanna no tengas miedo
prestá atención a la abuela a ver si necesita algo
cuarto y quinto grado, y mis cuentos se llenaron de muerte
los citaron a mis viejos en el colegio para ver si me pegaban (?)
la abuela se murió el domingo de pascuas
se la llevaron como tantas veces en la ambulancia a Bessone, pero esa vez no volvió.
odio las pascuas
y por muchos años tuve bastante bronca con ese Dios que ella me presentó
Mis nonnos eran viejitos y hermosos
ninguno de los dos medía más de 1,50.
Mi nonno tenía 84 años y seguía andando en scooter por Muñiz, y la nonna amazaba pizza todos los sábados, y los domingos fideos.
La nona siempre andaba con tos. tenía asma y era viejita.
mi nonno tenía una vitalidad sorprendente a pesar de estar rengo y usar su bastón.
tantos años peleando con mi tío y bien con papá pero nunca quiso venir a casa después de que cumplió 80, porque le quisimos hacer una fiesta y él eligió a un par de tiosabuelos que no quería invitar, mi viejo le dijo que no queria quedar mal con nadie y mi abuelo se re calentó.
así que nada.
mi nono re bien mi nona medio mal.
un dia cualquiera mi nono los llama a mi viejo y a mi tio
y les dice
ya fue, amiguemosnos, no quiero estar mal con ninguno de los dos, ya estoy viecco.
genial.
esto fue un martes.
dijeron bueno el sabado hacemos un asado todos juntos.
regio.
Vittorio, Mario y Antonio de nuevo juntos, y la nona, claro.
el jueves se cagó muriendo.
le agarró un paro mientras cagaba en el baño.
fue terrible
nadie se lo esperaba.
me vinieron a buscar al colegio: mamá, g y mi nonna antes de hora.
las 3 calladitas, nadie me decía nada.
y yo no me imaginaba nada
no me acuerdo como ni adonde llegamos pero mi nonno querido
que me habia enseñado las tablas, a jugar al truco, y que me regalaba caramelos frutifru no estaba más.
y la nona seguía ahí
mentira.
la nonna no duró mucho.
6 meses más.
eran el uno para el otro y habían estado toda la vida juntos
habían luchado toda la vida juntos.
y la nona se murió
también un dia cualquiera pero nos lo veíamos venir.
por eso dolió menos
es raro porque yo sufrí estas 3 muertes de chica
los velorios en un momento me pasaron cada pocos meses y eran una linda excusa para ver a mi primo Enzo
no entendí la dimensión de la muerte de nadie.
papá lloraba, y eso era raro
pero nada más.
al tiempo los extrañaba
y de adolescente añoré mucho tener un refugio lindo para ir y que te mimen y te apapachen cuando te queres escapar de tu casa un rato, sanamente.
hasta mitad de la secundaria con los infartos y el paro cardíaco de papá no volví a sentir a la muerte cercana.
pero eso ya fue a los quince
con otra situación mental y corporal
con otras presiones sociales
con otra dinámica familiar
y hasta el otro día en la THC nunca tuve real miedo de la violencia,
me di cuente de que me mantuve alejada como pude de ella es su forma más cruda.
me di cuanta el miedo que le tengo a la sangre.
cómo me impresiona la sangre, eh.
en casa siempre se usó más que nada la violencia verbal para aclarar los tantos, para lo cual siempre fui torpe, bastante torpe, y preferí bancarme el reto y llorar antes que discutirle o responderle a nadie, hoy soy quizás más combativa.
pero no, mejor esconderse en los cuentos policiales, o de terror, o de fantasía, mejor leer historia, imaginar obras de teatro, mejor tocar el saxo, mejor escribir cuentitos, mejor hacer debate, mejor cantar en el coro, mejor todo lo demás.
creo que ese encuentro cercano con la muerte de tan jóven como que me inmunizó bastante.
nunca vivi una muerte de alguien de mi misma edad o cercano a mi edad, gracias a dios.
pero creo que eso me pegaría diferente,
y últimamente
no sé si compartirles esto va a ser muy groso o no
simplemente me gustaría ser más amiga de mi hermana
porque sé que está muy muy triste.
y tengo mucho mucho miedo.
Siempre la consideré un paso más dentro de la vida, el inminente fin, pero nunca sentí telarañas en mi pensamiento ni temí morir ni tuve pesadillas muy obvias con respecto a esto.
El otro día me impactó mucho un artículo que leí en la THC que se llama Rebelión en la Granja y habla de las torturas recibidas por adictos en una de las supuestas granjitas de recuperación, métodos terapéuticos terriblemente ignorantes.
Me asusté bastante, honestamente, y de ahí en más estuve constantemente pensando en las torturas la muerte y el odio.
Ayer estuve tuve el placer de verme a los 4 años en un vhs feliz, corretando por los que antes eran pastos y ahora son casas, los terrenos alrededor de la casa de mis padres allá en el country club que sirvieron de borrador para tantos diseños de chozas, negocios y escondrijos varios que contruíamos y destruíamos con mis otras amigas reas e indias como yo y que nos destruían cruelmente y de noche los varones.
Era super feliz, super mimada, super sonriente.
Y me empecé a preguntar a mí misma cuando fue que me puse tan oscura.
Tan solitaria.
Ahí tenía 4 años.
A los 8, 9 y 10 murieron mis abuelos.
Primero fue la Abuela Negra, o mamá negra que era la mamá de mi vieja, una mujer que había sido bastante garca con sus hijos pero con nosotros era muy cariñosa.
Fue la que me enseñó que existía Dios, me enseñó lo que era rezar, y fue la primera que me llevo a pasear en colectivo. Nos tomábamos el 182 en ruta 8, nos bajábamos en Avenida de Mayo tomábamos un helado en Tucán y yo jugaba a utilisima en su living en unos banquitos amarillos que tenía con absolutamente todos los cacharros de la cocina. Me acuerdo que su cama era muy grande y me daba mucho miedo dormir. Pero me obligaba diciéndome que sino venía un hombre que tenía un apellido puntual que no recuerdo que era el q cobraba las expensas.
Arriba de su casa vivía una nena que era hija única y a veces jugabamos juntas, tenía unos papás bastante raros, algunos recuerdos prefiero no evocar. Pero me acuerdo que preparaban fideos con pesto mientras nosotras jugabamos con unos peluches enormes que tenía esta nena.
La abuela negra se enfermó de cancer de colon
le sacaron también la vesícula en una sola operación
hacia caca en una bolsa que se le ponía en la panza
ocupó mi cuarto azul, en el fondo de casa y yo dormí con mi hermana en su cuarto por unos años
todo se volvió oscuro
inyecciones intramusculares de morfina
y este es el teléfono de la ambulancia
ivanna no tengas miedo
prestá atención a la abuela a ver si necesita algo
cuarto y quinto grado, y mis cuentos se llenaron de muerte
los citaron a mis viejos en el colegio para ver si me pegaban (?)
la abuela se murió el domingo de pascuas
se la llevaron como tantas veces en la ambulancia a Bessone, pero esa vez no volvió.
odio las pascuas
y por muchos años tuve bastante bronca con ese Dios que ella me presentó
Mis nonnos eran viejitos y hermosos
ninguno de los dos medía más de 1,50.
Mi nonno tenía 84 años y seguía andando en scooter por Muñiz, y la nonna amazaba pizza todos los sábados, y los domingos fideos.
La nona siempre andaba con tos. tenía asma y era viejita.
mi nonno tenía una vitalidad sorprendente a pesar de estar rengo y usar su bastón.
tantos años peleando con mi tío y bien con papá pero nunca quiso venir a casa después de que cumplió 80, porque le quisimos hacer una fiesta y él eligió a un par de tiosabuelos que no quería invitar, mi viejo le dijo que no queria quedar mal con nadie y mi abuelo se re calentó.
así que nada.
mi nono re bien mi nona medio mal.
un dia cualquiera mi nono los llama a mi viejo y a mi tio
y les dice
ya fue, amiguemosnos, no quiero estar mal con ninguno de los dos, ya estoy viecco.
genial.
esto fue un martes.
dijeron bueno el sabado hacemos un asado todos juntos.
regio.
Vittorio, Mario y Antonio de nuevo juntos, y la nona, claro.
el jueves se cagó muriendo.
le agarró un paro mientras cagaba en el baño.
fue terrible
nadie se lo esperaba.
me vinieron a buscar al colegio: mamá, g y mi nonna antes de hora.
las 3 calladitas, nadie me decía nada.
y yo no me imaginaba nada
no me acuerdo como ni adonde llegamos pero mi nonno querido
que me habia enseñado las tablas, a jugar al truco, y que me regalaba caramelos frutifru no estaba más.
y la nona seguía ahí
mentira.
la nonna no duró mucho.
6 meses más.
eran el uno para el otro y habían estado toda la vida juntos
habían luchado toda la vida juntos.
y la nona se murió
también un dia cualquiera pero nos lo veíamos venir.
por eso dolió menos
es raro porque yo sufrí estas 3 muertes de chica
los velorios en un momento me pasaron cada pocos meses y eran una linda excusa para ver a mi primo Enzo
no entendí la dimensión de la muerte de nadie.
papá lloraba, y eso era raro
pero nada más.
al tiempo los extrañaba
y de adolescente añoré mucho tener un refugio lindo para ir y que te mimen y te apapachen cuando te queres escapar de tu casa un rato, sanamente.
hasta mitad de la secundaria con los infartos y el paro cardíaco de papá no volví a sentir a la muerte cercana.
pero eso ya fue a los quince
con otra situación mental y corporal
con otras presiones sociales
con otra dinámica familiar
y hasta el otro día en la THC nunca tuve real miedo de la violencia,
me di cuente de que me mantuve alejada como pude de ella es su forma más cruda.
me di cuanta el miedo que le tengo a la sangre.
cómo me impresiona la sangre, eh.
en casa siempre se usó más que nada la violencia verbal para aclarar los tantos, para lo cual siempre fui torpe, bastante torpe, y preferí bancarme el reto y llorar antes que discutirle o responderle a nadie, hoy soy quizás más combativa.
pero no, mejor esconderse en los cuentos policiales, o de terror, o de fantasía, mejor leer historia, imaginar obras de teatro, mejor tocar el saxo, mejor escribir cuentitos, mejor hacer debate, mejor cantar en el coro, mejor todo lo demás.
creo que ese encuentro cercano con la muerte de tan jóven como que me inmunizó bastante.
nunca vivi una muerte de alguien de mi misma edad o cercano a mi edad, gracias a dios.
pero creo que eso me pegaría diferente,
y últimamente
no sé si compartirles esto va a ser muy groso o no
simplemente me gustaría ser más amiga de mi hermana
porque sé que está muy muy triste.
y tengo mucho mucho miedo.
4 comentarios:
preguntas
preguntas
preguntas
a veces entendiendo, resolvés.
aguante vos.
yo desde el año pasado que pienso mucho en estas cosas. Fue muy shockeante perder a dos personas que amaba en dos días...una inesoeradamente y la otra no. Pero igual me dolió mucho.
Siento y veo las cosas de manera diferente, a veces se torna muy confuso y aterrador que dan ganas de escapar y no hay salida
Yo me paso, te leo, y me estremezco. Me tomó mucho tiempo entender la muerte.
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