Este viernes tuve menos energía pero mejor humor. (Cabe aclarar que antes de ensayar voy a terapia.) El ensayo también estuvo genial.
Lo que me pasa con la música es loco. Creo -creo de creer y creo de crear-. Por esos minutos creo. Y es felicidad absoluta. Comunicarse así: con placer y sin esfuerzo.
Y después, a la vuelta, volver caminando por el camino más largo, y que sea un placer también, acompañada de Juancito hasta la mitad del trayecto, charlando; y hasta la esquina de mi casa pensando (y no, no paré de sonreír).
Para completar llegué a la esquina de mi casa y estaba Marimé. Charlamos y la acompañé a hacer sus cosas. Estuvimos juntas por casi una hora caminado por el barrio, hasta que tuvo que ir a buscar a sus chicos. Hablando de energías.
Estoy liviana. Y sonrío todo el tiempo. Y me encanta escuchar a la gente. Y sonreír. Y flotar.
A s í.
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Marimé Arancet Ruda
¿Por qué escribo?
Escribo para que el silencio suene como silencio, y no como partes tácitas.
Escribo, voluntariosamente, para horadar la roca.
Escribo para remontar un barrilete, y la corriente de mí misma.
¿Por qué escribo?
Escribo para que el silencio suene como silencio, y no como partes tácitas.
Escribo, voluntariosamente, para horadar la roca.
Escribo para remontar un barrilete, y la corriente de mí misma.
1 comentario:
Vivan las estrellas
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