4.01.2009

tu hermano

yo estaba ahí tirada en el colchón, tapada hasta la sien, con el corazón a mil y sabiendo que había una persona en la otra punta de la casa haciéndose la paja pensando en mí.
yo también estaba mojada, con olor a alcohol y tabaco, excitación y emoción adolescente.
cada vez que llegaba borracho, él me venía a buscar a mí, eso era lo que vos no entendías.
abría la puerta de tu cuarto me despertaba y me miraba diciendo "vení" con sus ojos azules.
y cuando no estaba borracho también. conocía mi debilidad.
me llevaba al otro cuarto nos sacábamos algunas ropas, nos devorábamos y nos frotábamos hasta no poder más, intentando no hacer tanto ruido con esa cama quejosa.
yo no quería ceder el botón del pantalón, no quería, nunca lo hice. ni siquiera aquella noche en el autito, ese gris que tenés, donde me encerró y luchamos eróticamente.
quería seguir teniendo esta calentura abismal y animal los sábados, después de salir con vos. ese secreto.
no te voy a mentir, a veces lo esperaba yo en la cocina, tomando agua, pero él tambien me había buscado, en más de un boliche, en donde directamente nos saludábamos con un beso tremendo.
tenés razón, es verdad, nunca hablé mucho con él.
quéenormeera. un hombre de ese tamaño, nunca nadie me había tomado así, apretado así, mordido así, besado así, con tantas ganas.
yo también le gustaba a él, y cómo. por más que vos lo negaras. era tan torpe. tan atropellado.
esa piel tan tan blanca, y cuando se ponía colorada, roja, esos labios carnosos.
uno de los primero hombres que desee así. desde el cuerpo.

con el tiempo entendí que de vos, él fue lo único que no me pudiste sacar.

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