6.06.2012

Sola sola sola



Ayer venía por la calle re perseguida que me tenía que cuidar sola, que me tengo que cuidar sola, pensaba.

Claro, es como que me olvidé de cuidarme, me parece.


No creo que me roben el celular en las 6 cuadras de Recoleta que tengo que caminar hasta llegar a casa pero por las dudas lo estrujo, tengo varios bolsillos camino chequeando que todo siga ahí. 


¿Qué hora es? Parecen las 4 am, está muy oscuro todo. Ay, quiero mirar qué hora es, pero si miro el celular me lo van a afanar, quién si no hay nadie en la calle. Hay unos pibes en Agüero y Santa Fe pegando carteles, me chista uno, no lo miro, cruzo evitando esa esquina, casi no hay coches.


Asoma el celular por el bolsillo del ponchito son la 1:40, qué onda la hora pasa como quiere. Y yo pensaba que eran las 4 am y que no quería pensar más, voy llegar a casa y voy a quedarme despierta un rato más, eso es obvio.

Antes disfrutaba de toda esta libertad en mi tiempo, ¿qué pasó? ¿qué nos pasó, querida? Qué pelotuda, me estoy hablando en tercera persona. 



Por qué sigo pensando que soy re fisura, compartí un porro con cuatro personas pero me convenzo de que estoy muy drogada, que esto es una pena. Y eso que ellos tomaban fernet y yo agua. Aha, que soy una chica muy mala que me voy a despertar en un loquero, o en el hospital, que me voy a desmayar, que soy una pelotuda princesa boba que necesita que alguien la cuide.


No entiendo cuándo empezó este pensamiento y por qué tener un hombre al lado me garantiza eso, aunque sea cobarde en realidad y si lo pienso creo que jamás se hubiera cagado a piñas con nadie para defenderme de nada.

¿El pensamiento real cuál es? ¿La duda cual es? ¿El límite entre la diversión y la fisura? De puta a célibe, de drogona a abstinente, de obesa a ayunadora. Son momentos en dónde veo todo blanco o negro, dónde pierdo el criterio, los parámetros, y me desespero en una gran ola de nada. Una ola de estoy flotando en la realidad, cuál es la realidad y quién soy yo.



Hago lo que me gusta, sí, una vez por semana. Cómo hago para estirarlo al resto de los días. ¿De verdad hay gente que hace lo que le gusta todos los días? Que la oficina, que despertarse, que lavarse los dientes. Yo la única necesidad que siento es tener la casa ordenada. Pero no limpia. Sólo ordenada. Quiero parecer ordenada no limpia. Siempre aclaro eso. Esa es mi neurosis, ¿cierto?


Sí, algo leí y hago análisis, pero me molesta que la gente hable con terminología ajena a su trabajo. Me caen mal. Me molesta decir neurosis neurosis neurosis. Ay, se quiere hacer el inteligente.


Mi analista -aprendí a no decir terapeuta, porque suena a terapia alternativa, o psicóloga porque suena cache, digo ANALISTA porque sí, me tiro en un diván y no la miro- me hace burla. Me hace burla la muy guachita, y eso me cae bien.


Tengo temas con el HUMOR. Entre otras cosas. Me sale pero me da culpa, me sale pero me da culpa. Lo repito a ver si entiendo algo de todo lo que estoy diciendo. La mujer esta, psicoanalista severa pero suave que veo al menos una vez por semana, se fue de vacaciones. Se fue de vacaciones por 2 (dos) semanas que lo estoy sintiendo como un mes. 


Le dije:

-Chabona, te voy a extrañar.



-Ay, ¿viniste a buscar una respuesta emotiva hoy, Ivanna? Yo también te voy a extrañar. 


Aha, te reís de mí. Calculo que me burla porque dramatizo absolutamente todo. Pero es así como lo siento. Te juro. 


Sin novio y sin analista me siento bastante en bolas. En bolas por las calles de Recoleta a las 4 am. Podríamos dejar la imagen del ponchito con bolsillos, ah y el detalle de que también hacía mucho frío. Sola, frío, triste y gris. Mucho Crismorena. 


Y sin embargo,  la pregunta resiste ante tanto bombardeo. ¿Por qué carajo siento que no me puedo cuidar sola?

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